domingo, 20 de septiembre de 2009

APRENDIENDO A MARCHARME

En estos días estaba pensando en lo difícil que es marcharse, darse media vuelta y volver por donde has venido.

Pensaba en lo difícil que es poner punto final, cerrar una puerta, hacer mutis por el foro con dignidad, sin resentimientos, sin traumas, sin tristezas.

Irte sin hacer ruido, con la cabeza alta, por si algún día te da por volver o a ella le da por llamarte para que vuelvas. Es muy difícil decir hasta aquí hemos llegado, porque siempre quieres llegar a más. Es muy difícil que tu boca pronuncie un rotundo se acabó, cuando prefieres gritar continuará.

Que difícil es dar un portazo entre interrogantes, irte un minuto antes de que te echen o de que te odien por ser un cobarde, por no saber dar un paso atrás.

Pensaba, que es mejor tragarse las lágrimas de espaldas a la persona a la que amas. Pensaba que es mejor marcharse con la maleta llena de recuerdos, dejando colgados en el armario los trajes de reproches, las prendas de dolor, la ropa íntima salpicada del sexo que nunca tuvimos y que ya no tendremos jamás.

Que es mucho mejor, marcharte por tu propio pie y no con una patada en el culo. Que hay que irse antes de que te tiren los zapatos por el hueco de la escalera y tus ilusiones por el pasillo.

De hecho, es mejor marcharse con una sonrisa en la boca, abriendo las ventanas para ventilar el aire viciado de pensamientos negativos. Marcharse de puntillas para que valoren tu ausencia, marcharte descalzo sin hacer ruido antes de que te olviden, marcharte con discreción para dejar un buen sabor de boca.

Los que todavía no sabemos marcharnos a tiempo, la vida nos enseña a despedirnos de manera involuntaria de las personas que queremos. Y cuando eso sucede, siempre repetimos la misma pregunta ¿porqué no supe marcharme a tiempo?

miércoles, 16 de septiembre de 2009

UN BESO, TAN SÓLO UN BESO

Por un beso tuyo he bajado a los infiernos sin recibir nada a cambio.
Por un beso, vendí mi alma al diablo sin recibir contraprestaciones.

Por sentir el calor de tus labios hipotequé mi reino de Taifas, mi descanso horizontal, cambié mis sueños placenteros por tristes y lúgubres pesadillas.

Por besar la comisura de tus labios odié al prójimo, insulté a mis rivales, jugué sucio y morí de envidia ante los que tú un día besaste.

Yo probé la suavidad de tus besos y me quedé enganchado, me convertí en un hombre dependiente, en un drogadicto de ti.

Yo sentí la dulzura de tus labios y ya no quise probar otro sabor diferente al tuyo.

Esclavo, siervo, soy un hombre carente de libertad desde que me dejé atrapar por la cárcel de tu boca.

Me paso el día pensando como robarte un beso, como sentir de nuevo el olor de tu piel, quiero embriagarme de tu aroma, quiero emborracharme de placer.

Navego en el mar del recuerdo y una imagen se repite una y otra vez en mi perturbada cabeza.

Son tus labios los que se dibujan en el lienzo de mis pensamientos, son tus labios los que adquieren vida propia en lo más profundo de mi mente.

Un beso, tan sólo un beso, un gesto que sirve para unir a dos seres en algún momento del día.
Un beso, tan sólo un beso, es ese gesto que a ti y a mí nos separa, como un muro invisible… entre tu boca y la mía.

TE SIGO BUSCANDO

Hoy rompo mi silencio para escribirte a ti.
Me dices que soy como una droga, que estás enganchada a mí.
Soy esa sustancia que rompe tus venas, resquebraja tu alma y hace que sientas un gran vacío en tu corazón cuando dejas de tomarme.
Buscas independencia, soledad y encontrarte a ti misma en este mundo tan impersonal.
Quieres no ser dependiente de mis besos, de mis caricias, de mis deseos, de mis palabras.
Quieres aislarte de mi aroma, de mis sueños, de mis pensamientos, de mis dudas, hasta de mis inquietudes.
Pones barreras, te alías con el espacio y el tiempo para que nos separe, mientras te buscas a ti misma.
Iniciamos esta persecución por el laberinto de la vida, tú te sigues buscando día a día. Y yo me esfuerzo por encontrarte a ti, a tus fantasmas y a tu melancolía.
Pero mientras tú has decidido desengancharte de mí. Yo me declaro dependiente de ti.

Que puedo vivir sin ti, pero contigo mejor.
Que puedo querer a otras, pero ahora te quiero a ti.
Que mis amigas son muchas, pero que la única que me comprende eres tú.

Que hay muchas canciones, pero que la mejor música suena cuando estoy contigo.
Que estas frases no tendrían sentido, si no estuviera pensando en ti.
Que he besado a otras, pero nada me sienta mejor que un beso tuyo.

Que el alcohol, se vuelve agua bendita, cuando lo tomo contigo.
Que el acto sexual contigo, es más que un acto, es el deseo compartido.
Que el sinónimo de la palabra te quiero, en estos momentos, para mí es tu nombre.

Y que no sé si te encontrarás o tal vez algún día te encontraré.
Tan sólo sé, que siempre te he querido y que siempre te querré.

EL PODER DEL BESO

Hay veces que la casualidad, el destino, el azar se ponen de tu parte.

Hay veces que nos empeñamos en no ver más allá de nuestras narices, que los pequeños problemas los convertimos en catástrofes de alta magnitud. Pero al final, la vida y las experiencias te ponen en tu sitio.

Llega una noche que alguien anónimo o anónima te hace abrir los ojos y sacarte la venda y sin palabras tan sólo con un beso te hace entender que nada es lo que parece, que todo tiene un principio y un final, que nadie muere de amor, que ningún tiempo pasado fue mejor y que siendo como eres te puedes comer el mundo.

Que no necesitas mendigar, ni arrastrarte por el fango, que la noche más oscura no dura eternamente y que eres autosuficiente, que no necesitas depender de nadie.

Que el 2006 ha muerto, que ha comenzado el 2007 y con él todo vuelve a empezar.

Que no te engañes, que ahora sí estas mejor que nunca, que la soledad no sólo es tu compañera de viaje, sinó que hay muchos que también te acompañan en esta larga travesía que es la vida.

Que ya has tirado el lastre que te sobrava por la borda, que ayer volviste a nacer, que cerraste las puertas a la amargura y abriste las ventanas de tu vida a la felicidad.

Que te sientes bien contigo mismo y que este año vas a disfrutar.

Ese es el verdadero poder del beso.

LA ESTACIÓN DEL OLVIDO

No fuiste capaz de deshacerte del hábito del rencor, de la venganza, de la inquina, del no quiero saber de ti.

Me dejaste en los brazos de otra, tuve que beber de los labios de una que se llamaba Bacardi – Cola. Lo hice para olvidarte y a la vez para que estuvieras presente en mis pensamientos y junto a mí.

Estabas lejos y a la vez cerca de mi corazón. Quería tenerte y olvidarte.
Me destrozaste con premeditación y alevosía. La noche fue triste, más triste sin ti … una agonía.

Las musas del alcohol me abandonaron en la mañana y ahora te voy olvidando segundo a segundo, mientras desparramo mis pensamientos en este papel.

Ayer, cada segundo era una cuenta atrás, pensaba que recibiría alguna noticia tuya. Y al final tuve que conformarme con el silencio, la soledad del derrotado, el castigo del niño que se ha portado mal, la cogorza del borracho que camina por las calles con la única compañía de la luz de las farolas y del frío que penetra por cada parte de su cuerpo.

Vacío, triste y encabronado. Caminando por las calles de una vida que aprendo ya a vivir sin ti.

Ya no me cobijaré en el hotel de tus brazos, ya no habrá siguiente parada en la calle de tus labios, ya no recorreré cada parte de tu cuerpo con mi cuerpo, este viaje termina en la próxima estación, la estación del olvido.

Esta vez no rompí a llorar como un niño, me dejé llevar por la resignación, la perplejidad y la obviedad de aquel que sabe como va a acabar la película.

Te convertiste en la asesina de mis sueños, de mis deseos, de mi amor, apuñalaste mis sentimientos, llenaste de alfileres mi corazón.

Te odié y te quise. Deseaba besarte y apartarte de mi camino, caminé entre la delgada línea del bien y del mal para acabar más mal que bien.

No comprendí, ni comprendo como se puede ser así. Me equivoqué y pagué el peaje de aquel que conduce por la autopista del querer y no poder.

Fui juzgado y condenado por mis palabras al caer tarde y cumplí condena cuando el sol estaba a punto de volver a hacer acto de presencia.

Nunca pensé que me impusieras penitencia por mis pecados, pensaba que no serías rencorosa y me dirías cariño tus pecados ya están pagados.

Cien Padres Nuestros y otros tantos Ave María yo hubiera rezado, porque en la noche de ayer tú hubieras perdonado y olvidado.

No fue así, me quedé triste y desolado, pero con la conciencia tranquila de saber que yo he sido el único que ha perdonado, ha olvidado y ha amado.

¿QUIÉN?

¿Quién inventó las lágrimas, el odio, la venganza, la tristeza, la rabia y el rencor?
¿Quién fue el inepto, el incapaz, el loco, que dijo que no se sufre nunca por amor?

¿Quién no se ha sentido triste, abandonado, dejado, sintiéndose un perdedor?
¿Quién no escribe versos a su amada cuando siente que le falta su calor?

¿Quién me rasga el alma, y no me deja en las noches dormir?
¿Quién ha comprado mi alma a un precio muy bajo, quién no me deja vivir?

¿Quién dijo que una llamada tuya no bastará para sanarme?
¿Quién calla, quién otorga, quién piensa que nunca más volverá a amarme?

¿Quién ha exprimido mi corazón y se ha bebido el jugo hasta dejarme seco?
¿Quién ha rasgado mi alma, la ha hecho trizas hasta dejarme totalmente hueco?

¿Quién ha puesto un muro, tierra de por medio, entre tu boca y la mía una separación?
¿Quien llena mi vacío, quién rellena mi copa, quién le pone cordura a esta sinrazón?

¿Quién coño dijo que lo que no te mata te hace más fuerte?
Fue un solitario, un inconsciente, una persona abandonada a su triste suerte.

¿Quién llora en la noche recordando a su musa bajo un cielo estrellado?
¿Quién se siente solo cuando ve que nadie le ha llamado?

¿Quién inventó la sinceridad del niño, la del borracho, la del culpable pecador?
¿Quién juega con fuego y se quema, quien no se ha sentido un juguete roto en manos del desamor?

¿Quién agacha la cabeza para que nadie le vea llorar cuando suena esa canción de amor?
¿Quién escribió en el pentagrama de mi vida, notas en clave de dolor?

¿Quién saciará mi sed de tu besos, de tus caricias, de tus piropos, quién le pondrá sentido a esta loca pasión?
¿Quién se llama Marta, quién me ha robado la vida, quién se ha quedado con mi corazón?

ABRÁZAME

Abrázame y llévame con tus labios al paraíso de tu boca, al séptimo cielo del amor, al Jardín del Edén de la pasión, a la tierra prometida de las sensaciones.

Abrázame y emborracha mis sentidos de cálidas caricias. Y consigue que el tiempo se detenga y que el espacio se mida en milímetros cuando estoy contigo.

Abrázame y hazme viajar a un mundo nuevo. Con un solo destino, rumbo al placer. Traza con tus manos la ruta del deseo, guíame con tus palabras al encuentro del tesoro más preciado que se esconde entre tus piernas.

Abrázame y convierte en dogma de fe y en religión tu cuerpo de mujer. Haz que la soledad se marche por el desagüe de la esperanza.

Abrázame mi amor, y conviértete en el faro de este barco que quiere llegar a la costa de tu corazón, no dejes que me hunda en el océano de la frialdad.

Abrázame y quiéreme. Haz que desaparezcan los fantasmas del pasado, y que el olvido se compre en farmacias y se venda en pastillas.

Abraza a este poeta que pierde la razón por un te quiero tuyo.
Que sepas, que una mirada tuya bastará para resucitar la esperanza muerta del amor perdido.

Abrázame y deja que fluya el caudal de la lujuria que desemboca en un mar de apasionados besos, de desenfrenadas caricias, de puro sexo. Deja que nos unamos en un solo cuerpo, como dos polos opuestos atraídos por la pasión del momento.

Abrázame y hazme olvidar la imperfección en este mundo imperfecto. Elévame a la máxima expresión por unas horas, para que después vuelva a la realidad y anhele volver de nuevo a tus brazos para vivir otra vez en nuestro mundo ficticio.

Abrázame y crea una burbuja imaginaria, sin puerta de entrada ni de salida, sin llave de paso, sin contraseña secreta. Quiero quedarme atrapado entre tu cuerpo.

Abrázame, quiéreme, bésame, acaríciame. Conviértete en el sinónimo de la palabra… amor.

PUNTO FINAL

Cuando eres pequeño, un renacuajo de corta edad. No te das cuenta que todo acaba. Piensas que las cosas y las personas no tienen fecha de caducidad. Que el punto final, es cosa de la ortografía, que todo es eterno, que sólo se acaban las películas. Y que la noche es el final del día, pero que las personas nunca mueren, siempre están ahí.

Cuando eres un niño, crees en la inmortalidad de las personas. No te das cuenta que los que más quieres se van consumiendo como un vela hasta llegar a desaparecer.

Piensas, que cada día, a lo largo de toda tú vida y de la suya, seguirás haciendo el mismo camino y allí estará ella esperándote, con una caricia que ofrecerte, con una mirada de cariño que dedicarte, con una palabra bonita que decirte.

Pero la vida, tan imperfecta como las personas, no nos ha hecho valorar a los que más quieres lo suficiente, aunque nunca es suficiente, y disfrutar de ellos lo máximo posible cuando los tienes a tú lado. Porque piensas que nunca te van a dejar.

Porque inexplicablemente para ese niño, llegó el día en el que cruzó el patio de su casa y ya no estaba su abuela. La mujer que siempre le esperaba, para ofrecerle una caricia, una mirada de cariño, una palabra bonita. Se había marchado, ya no estaba. Buscó en cada rincón de la casa, en cada habitación, pensaba que era una broma pesada, pero allí no había nadie. Quiso imaginar, que su abuela y él jugaban un día más al escondite, que finalmente la encontraría y que se abrazarían. Pero no fue así, nunca la encontró, nunca más la abrazó.

Ahora, debe conformarse algunas noches, con soñar con ella. Reunirse en algún escenario ficticio y de nuevo sentir que la abraza y que llora por ella, como lloró el día de su marcha.

Aprovecha dormido y le dice las cosas que no pudo decirle en vida. Que la quería, que la quería mucho. Y ella no habla, tan sólo escucha y entiende. De pronto todo acaba, y aquel niño se despierta de ese sueño, se levanta de la cama y en la noche, con los ojos encharcados en lágrimas, escribe este texto.

jueves, 3 de septiembre de 2009

LA MÁS BONITA

En cada caja un libro
En cada libro un verso
En cada verso un sueño
En cada sueño un beso
En cada beso una locura
En cada locura un beso


En cada lágrima una disculpa
En cada disculpa un te quiero
En cada te quiero una caricia
En cada caricia un deseo
En cada deseo una mujer
En cada mujer un deseo


En cada persona un poeta
En cada poeta un verbo
En cada verbo una musa
En cada musa una poesía
En cada poesía un corazón
En cada corazón una poesía


En cada sonrisa una cara
En cada cara una arruga
En cada arruga una reflexión
En cada reflexión una historia
En cada historia un final feliz
En cada final feliz una historia


En cada vida una estación
En cada estación un tren
En cada tren un vagón
En cada vagón una ilusión
En cada ilusión un nombre
En cada nombre una ilusión


En cada cama una Diosa
En cada Diosa una mirada
En cada mirada un recuerdo
En cada recuerdo un amor
En cada amor una esperanza
En cada esperanza un amor

Entradas populares