jueves, 9 de septiembre de 2010

SE ACABÓ

Parecía que nunca iba a llegar este momento, pero las cosas siempre acaban de una manera o de otra.

Nacemos para morir, amamos para odiar, odiamos para olvidar.

Hoy te escribo esta carta de despedida, con un adiós amargo pero necesario, con un hasta siempre sin dramas, con un punto final sin heridas pero con muchas cicatrices.

Sin sello, sin sobre, sin acuse de recibo, sin remite, sin remitente.
Sin rencores, sin dolores, sin pretensiones, sin palabras hirientes.

Ya se secó la tinta del tintero, ya no te escribo a ti primero, ya no pienso que sin ti me muero.

Ya me cansé de imaginarte, de soñarte, hasta de amarte.
Ya me cansé de odiarte, de olvidarte, hasta de esperarte.

La riada se llevó tu nombre, el lodo a su paso embalsamó y sepultó los recuerdos malditos con sabor a ti.

Soy un poco más viejo, menos inexperto, más poeta, menos basura, más malandrín.
Soy menos alcohólico, más rencoroso, menos inestable, más enamorado de todo...de todo menos de ti.

martes, 24 de agosto de 2010

EL DEMONIO SE PERFUMA DE PRADA

No es necesario vender tu alma atormentada al Diablo para terminar en el infierno del amor, donde te condenan a la tortura eterna de la indiferencia. Entre lagos de fuego y azufre, no dejan de recordarte que eres un ángel caído, una caricatura garabateada por un niño de dos años, un solitario sin sombra, un rey sin corona.

Desde ese inframundo donde se confunde el amor y el desamor. Te das cuenta que Lucifer es nombre de mujer, que Belcebú se viste con ropa cara y que el Demonio se perfuma de Prada.

Los Dioses del Averno se tomaron la revancha y resucitaron en mi interior, revolviendo mis entrañas. Escurriendo mis ojos y llenando de lágrimas mi cara mientras amanecía.

En ese ritual lacrimoso, tu cara de incomprensión hizo que muchas preguntas se agolparan en mi aturdida cabeza.

¿De qué sirven unos labios si no son capaces de pronunciar la palabra te quiero?
¿Para qué sirve una mirada tuya, si entre tus ojos se esconde la sombra de la duda?
¿Qué hay tras esa sonrisa de Jóker?
¿Quién marchitó tus primaveras?
¿Por qué mal vendes tus besos entre rosas y espinas?
¿Dónde está la llave que abre la puerta de tu corazón?
¿Por qué no arrancas de ti la amarga amargura?

¡Contesta, por favor!

domingo, 4 de julio de 2010

A LOS PERDEDORES

La inspiración se marchó por el único resquicio que había en las paredes de mi corazón. Las musas del alcohol me abandonaron por prescripción médica. Dejándome huérfano de versos y besos.

La resignación se apoderó de mi cuerpo sin permiso, me invadió mi territorio empuñando el arma de la amargura. Al asalto con premeditación y alevosía colonizó mi alma y colocó la bandera de la incomprensión, que se clavó en lo más profundo dejándome heridas de guerra, heridas de desamor.

Las cartas en el juego de los sentimientos están marcadas, siempre ganan los tahúres que se las saben todas en el noble arte de la seducción.

Los perdedores sin otro as en la manga mas que la eterna superación, buscan constantemente el camino de la esperanza para terminar una y otra vez en el mismo punto de partida. El olvido como modo de vida, los recuerdos como elixir milagroso para no perder la cabeza. Evocando lo que un día fuiste, marcándote el camino para que algún día vuelvas a ser.

Los perdedores son caminantes incansables, que recorren las estrechas calles de la tortura, se detienen en cada farola y lloran en cada esquina. Se parten la boca pidiendo ayuda a los sordos, mal venden su alma por una caricia incondicional, subastan amor al mejor postor, regalan miradas de complicidad a cualquier fulana.

Los perdedores nunca esperan nada, desesperan ante todo. Viven al límite, la vida y la muerte son palabras sinónimas. Se emborrachan de incomprensión, se refugian en el silencio, navegan a contracorriente para terminar varados en la playa de los vencidos.

Ayer perdí, hoy renací, mañana perderé quizá pasado renaceré.
Ayer perdí hoy gané, quizá pasado volveré a perder.

martes, 23 de marzo de 2010

QUIZÁS.....

Quizás soy un solitario, porque ya no me cuesta dejar a mis amigos en el camino, dejar cadáveres en la cuneta , proyectos de algo más en puntos suspensivos.

Quizás soy un inmaduro, porque siempre añoré mi infancia. Esa época sin preocupaciones donde no existe el bien y el mal, donde nadie te hace daño, donde no eres capaz de confundir el amor y el desamor.

Quizás soy un poeta, porque nunca desprecié un beso, porque siempre valoré un abrazo, porque nunca le dije no a una caricia. Soy poeta porque cambié versos por besos, alma por alma, dolor por dolor, te quieros por nada.

Quizás soy un loco, porque nunca me gustó vivir encorsetado en la cordura, emparedado en la mesura, oprimido por lo políticamente correcto. Porque siempre valoré terminar nuestra guerra ondeando la bandera de la paz carnal.

Quizás soy un borracho porque las musas del alcohol me enseñaron a imaginar un mundo mejor, sin imposibles, sin buenos ni malos, sin positivos ni negativos.

Quizás soy un incomprendido porque nadie se puso a mi altura, porque nadie rozó el infierno con la punta de los dedos, porque nadie se sintió vacío con el alma hueca.

Quizás lloro porque en cada lágrima me dejo la vida, porque en cada sollozo resucito y resurjo de mis cenizas para seguir adelante. No quiero mirar atrás, no quiero ser una estatua de sal.

Quizás algún día destile el odio almacenado a golpes de rabia, quizás algún día seré capaz de recordarte con cariño, quizás algún día no me permitiré arrastrarme por el lodo de la incomprensión.

Hoy no puedo, quizás algún día ….Hoy no....

jueves, 21 de enero de 2010

HAY BESOS...

El beso es el mejor medicamento para curar las heridas del corazón, la soledad, el sentimiento de abandono, la falta de cariño y el desamor.

Hay tantas formas de besar, como personas, escenarios y momentos hay en el mundo.

Hay besos, robados, pactados, comprados, esperados, inesperados...

Hay besos que te hielan el alma, que te roban la vida, que te dejan sin aire, que te resucitan...

Hay besos que te reconcilian con el mundo, que te hacen soñar despierto, que saben a pecado...

Hay besos que paran relojes, que no se repiten nunca, que se quedan atrapados en tu mente, que te hacen volar sin alas, que desafían la lógica...

Hay besos que se buscan y no se encuentran, que son platónicos, que se desean, que no se olvidan...

Hay besos que nacen y mueren en los mismos labios, o en otros labios, o los que nunca mueren y siempre nacen.

El beso es la puerta de entrada a la casa del placer, es la fusión perfecta entre dos personas.

En definitiva, el beso es la mejor manera de cerrarle a alguien la boca.

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