lunes, 8 de junio de 2009

MI RELIGIÓN ES TAN SÓLO TU CUERPO

Ella es un ángel alado que se ha presentado en mi vida sin pedir permiso. Se ha permitido el lujo de romper mi monótona tristeza y con descaro se ha puesto a dibujar sonrisas en mi cara.
Melena larga, casi interminable para mis caricias. Ojos grandes, brillantes y llenos de tristeza. Una cara esculpida a golpes del pasado, que quisiera restaurar con mis besos en una noche de verano.

Labios de delito, deberían de estar prohibidos porque invitan a delinquir una y otra vez. Son carnosos como una fresa, perfilados y tremendamente seductores. Capaces de hacer enloquecer a cualquier hombre tan sólo mirándolos durante un espacio corto de tiempo. Manos de pianista, cuerpo de Diosa del pecado, templo improfanable para mí.

Mi religión, tan sólo tu cuerpo, mis creencias tu sonrisa, mi asignatura pendiente un beso tuyo.

He confiado en ti, te he desnudado mi alma y me has castigado con tu ausencia. He sentido el más profundo de los vacíos y he roto en llanto ante tu indiferencia.

El tiempo te ha hecho crear una coraza inexpugnable de orgullo, de valentía y de seguridad. Pero detrás de todas esas máscaras que te ha impuesto la vida, existe un ser frágil, inseguro y deseoso de amor.

Pero no de un amor cualquiera, sino de ese amor que dicen los clásicos que es para toda la vida, que dura eternamente, ese en el que ya no creemos ni tú ni yo.

Pero una noche tras otra, sigo repitiéndome lo mismo. Que mi religión es tan sólo tu cuerpo, que sólo creo en tu sonrisa y que mi asignatura pendiente es un beso tuyo.

Los sueños de vez en cuando se cumplen. Otras veces se quedan almacenados en el archivo del recuerdo, en el tal vez algún día se cumplan y en muchas ocasiones se convierten en asignaturas pendientes para el resto de nuestra existencia. Con sinceridad te escribiré:

Que mi sueño eres TÚ

Que mi recuerdo eres TÚ

Y que mi asignatura pendiente también eres TÚ.

Sé tanto de ti, como tú de mí. A veces parece que somos almas gemelas y otras veces parece que nos convertimos en enemigos íntimos e irreconciliables.

Pero por encima de todo, la magia de la vida, nos ha hecho, de vez en cuando, olvidar nuestro pasado, apartar los fantasmas, los miedos y dedicarnos palabras de cariño, sinceras y sentidas.

No sé que pasará mañana, ni tan siquiera sé que pasará dentro de un minuto. Tan sólo sé, que por mucho que pase el tiempo, yo seguiré pensando lo mismo cuando te vea, o te recuerde en la soledad de mi habitación...

Que mi religión es tan sólo tu cuerpo, que solamente creo en tu sonrisa y que mi asignatura pendiente es un beso tuyo.

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