domingo, 28 de diciembre de 2008

A MIS 28.

A mis 28.

Estoy más cerca de la muerte, más cerca de aquello que se llama vejez. Más cerca de sentar la cabeza, más cerca de la madurez.

A mis 28.

Sigo construyendo castillos en el aire, sigo soñando imposibles. Sigo llorando por amor.

A mis 28.

Me sigue doliendo el rechazo, me siguen faltando tus caricias, sigo añorando tus besos.

A mis 28

Todavía me quedan cosas por hacer, por escribir, por completar. Mi vida es un pentagrama al que todavía le faltan muchas notas por poner, es una barrica con poco vino, es un zapato sin tacón, es un traje sin corbata.

A mis 30 menos dos.

Aquí me tienes empuñando el arma de la palabra, rompiendo mi silencio, dejándome la vida en estas letras.

A mis 28.

Me doy cuenta de que me queda mucha tinta en el tintero. Que debo volver a enamorar y a enamorarme, que debo conquistar y sentir una y mil veces el amargo sabor de la derrota. Hincar mis rodillas en el suelo todas las veces que hagan falta y con la experiencia de los años ponerme de nuevo en pie, para librar otra dura batalla contra ese enemigo terrible que se llama desamor.

A mis 28.

Estoy encantado de haberme conocido y de haberos conocido a vosotros. A todos aquellos que me habéis acompañado durante este tiempo y habéis dejado en mi vida como regalo vuestro cariño, vuestra amistad y vuestra lealtad.

A mis 28.

Tengo una salud de hierro, un corazón roto de amor y la voluntad firme de que saldré adelante.

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