sábado, 1 de agosto de 2009

TOCADO Y...

Hay días en los que te apetecería estar rodeado de madera de pino, en una caja, en un ataúd lleno de rosas negras.

Hay veces que uno se pregunta: ¿qué dirán de mí, cuando esté muerto?, ¿qué pensarán aquellos que me han conocido?

Mis padres por ejemplo llorarán y pensarán que tuvieron el mejor hijo del mundo...amor de padres.

Mis amigos, que era una gran persona, un buen chico.

Mis compañeros de trabajo se quitarán un peso de encima. Menos competencia en una vida tan competitiva.

Una de mis novias pensará que era un hijo de puta. Otra, que me gustaba discutir más que hacer el amor. Pero en el fondo, las dos llegarán a la misma conclusión, que me querían. Incluso, después de muerto, llegarán a pensar que yo no era tan malo, que de vez en cuando las hacía felices.

Los que no trataron conmigo, los que sólo me vieron de pasada, pensarán que soy muy feo y un acomplejado.

Los que me dedicaron tan sólo dos minutos de su vida a dirigirme un par de palabras en algún momento, pensarán que era una persona tímida, pero coherente.

Los que recibieron mi odio en algún momento de la vida, bailarán sobre mi tumba.

Las que no dejaron que las amara, vivirán en la eterna duda. Las que mendigué un beso y no me lo dieron, se les pudrirán los labios. Las que lloré a mares, les supliqué cariño y tan sólo recibí indiferencia, se ahogarán en su propia soledad.

Las que me soltaron la mano cuando más apoyo necesitaba, se las llevará la marea. Las que vaciaron la habitación de mi corazón, llenándola de un eco insoportable, se quemarán en los infiernos.

Las que me rociaron con la gasolina de la tristeza y me incendiaron con la llama de la desesperanza, que vivan en el olvido. Las que me condenaron a la cadena perpetua del recuerdo, que tomen dos tazas de amargura. Las que me metieron en su cama tan sólo por compasión, que sientan la soledad de la noche todas las noches.

Las que se avergonzaron de mí en algún momento, las que me hicieron un juguete roto, las que me hundieron en lo más hondo del dolor. Que la vida las juzgue y les dé lo que se merecen, que yo ya tengo bastante con mi penitencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No te hundas amigo mio. Armate de fuerza y valentia que la vida es demasiado bella para estar tocado... y menos hundido!! Saludos.

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